Unionistas 2025-2026 Jornada 10: Empate sin goles, una grada con notificaciones

Un 0‑0 en el Reina Sofía eclipsado por móviles encendidos, delays infinitos y la tentación del Clásico en HD.

🦑 Lunes de Calamares | Unionistas minimiza errores

Jugaba Unionistas coincidiendo en hora con el Clásico y, si algo me quedó claro, es que en el Reina no hay banda ancha, pero piratería toda la que quieras. No había grupo de seguidores sin móvil a la vista, cada uno con su partido pinchado. Unos celebraban un “¡gol!” de Mbappe mientras otros aún estaban viendo el sorteo de campo. La diferencia de segundos era la evidencia de que aún sigue habiendo clases sociales, lo que pasa que hoy vienen definidas por el teléfono móvil que utilizan y la tarifa de datos contratada. Esto del clásico hoy es un buen medidor de la posición social de cada cual: estamos los 2.700 presentes que nos tragamos la Primera RFEF como un buen misil de Soberano, mientras otros con sus iPhone como se mojan los labios con su copita de Fundador mientras gozan del fútbol con climatizador. Y esa, precisamente, fue  la gran derrota del partido: nuestro Unionistas vs CD Lugo fue la viva imagen de lo que ocurre cuando el fútbol en HD y sin delay te gana la batalla. Un anodino partido de 0-0 que sucedió como una cita sin conversación: correcto, pero olvidable.

Pero vayamos a lo nuestro. El partido de Unionistas fue anodino. Fue como quedar con alguien que no levanta la vista del móvil, insustancial. Hubo ratos de posesión, buenas intenciones y cero emoción. Mario Simón no sorprendió a nadie con la alineación —mismo once de memoria, salvo Jan Encuentra por un Prada lesionado en el calentamiento—.

La primera parte fue correcta, sin sustos: solo un disparo lejano del Lugo que Unai Marino blocó con elegancia de portero de antes, volando a media altura y quedándose el balón como quien guarda un secreto. Tercera portería a cero para Marino, que confesó en La Gaceta haberlo pasado mal al principio de temporada. El error ante Osasuna Promesas le pesó como una losa. Lo que no aclaró es si la culpa fue por el gol… o por haber despertado a Jumanji. Recordemos la secuencia: gol encajado, derrota, Oriol Riera rompe una puerta, rueda de prensa de las que hacen historia y, a partir de ahí, semanas de locura. Adiós entrenador, presidente que anuncia su marcha, grada encendida… todo empezó con aquel fallo. Hoy, mes y medio después, Marino y el club parecen en paz. Hasta Oriol Riera sonríe desde Croacia.

Volviendo al partido, poco que rascar. No hubo goles porque no hubo errores. Ni Unionistas ni Lugo mostraron la menor capacidad de inventarse algo desde el acierto, y como ninguno se equivocó, el 0-0 fue inevitable. Quién más ocasiones tuvo fue Olmedo: primero un disparo peligroso, luego una falta al borde del área provocada por Hugo de Bustos —que agita el Reina cada vez que arranca una carrera—. La falta derivó en una pequeña telenovela: Olmedo y Gastón Valles discutiendo quién la tiraba, y Farru haciendo de mediador… y ejecutor. El mismo Farru que, fiel a su costumbre, se llevó la amarilla nada más empezar, como el que pide la primera ronda antes de que lleguen los padrinos. Le tocó pagar, claro. Un partido en el que, lo mejor que se puede decir, es que hombre a hombre ninguno llamó la atención para bien y para mal.

Del otro lado, el Lugo de Yago Iglesias vino con la lección aprendida. En la alineación un nombre de relumbrón: Lago Junior. El futbolista demostró que lo que tuvo retuvo, pero ya solo está para balones al pie y recuerdos de glorias pasadas. En la única que le llegó limpia, desequilibró a la defensa y su pase, rematado por su compañero Unzueta, a un palmo estuvo de acabar en gol y, a continuación él se la guisó solo pero Marino puso la manita para evitar el tanto. Casi. Más cerca estuvo Unionistas de marcar en la jugada siguiente en un remate a placer de Álvaro Gómez al larguero seguido de un paradón de Iker Piedra a Pere Marco. Casi, casi. Fueron esos, y el posterior triple cambio (Gastón Valles, Hugo de Bustos y Aarón Piñán), los únicos minutos en los que Unionistas, se activó y conectó a la grada, venciendo la batalla frente a los Bellingham, Lamine, Vinicius… Pero, a Yago Iglesias no le interesaba esta dinámica así que, lesión fingida, partido parado, chispa apagada. El brillo de la pantalla volvía a requerir la atención.

Unionistas para hacer daño al rival lo apostó todo en su plan de juego a que el Lugo no hallara caminos para hacerle daño. Encontró en el central izquierdo rival, Nicholas, su mejor aliado dándole la responsabilidad y libertad total para crear juego… y fue un acierto: lo más atrevido que hizo fue devolverla a su portero. Cuando se lesionó, entró su némesis: Ibaider, un Fernando Hierro en versión categoría de bronce, que se plantaba con el balón controlado a cinco metros del área rival para mostrar a quienes no le conocíamos y recordarle a los que sí por qué sigue jugando atrás.

Nada más dejó el partido, y no creo que nadie lo recuerde más allá de este lunes. El Clásico dará más conversación, sin duda. Pero yo no lo vi ni pienso gastar mis últimos megas en saber qué pasó. Llegados a estas alturas de mes es el momento de tomar decisiones con precisión de cirujano. Con la tarifa temblando, toca bloquear la descarga automática de imágenes y vídeos, y seleccionar minuciosamente los lo que uno ve… y, ante todo, elegir el momento adecuado de bajar al bar, para salir de allí sin tener ronda que pagar. Yo, como este Unionistas, voy a lo seguro y minimalista, evitando gastar mis últimos megas en algo que no sea absolutamente esencial. Como en el 0-0 ante el Lugo, la mejor victoria es la que se consigue minimizando errores.

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