De Unionistas a Salónica: la nueva odisea de Dani Ponz


Dani Ponz aterriza en Salónica para liderar el área de desarrollo del PAOK. Desde el césped y con pizarra en mano, el maestro valenciano encuentra su Ítaca particular.

Dani Ponz, un Homero con pizarra emprende su particular odisea

Hay viajes que parecen escritos de antemano, como si Homero hubiera dejado entre sus hexámetros, aquellos versos épicos de su Ilíada, la huella de un entrenador valenciano dispuesto a cruzar el Mediterráneo. Dani Ponz, el técnico que en Salamanca se ganó a pulso el afecto de Unionistas, ha cambiado la Ruta de la Plata por el eco de las olas del mar Egeo. Lo hace como siempre ha hecho las cosas: desde la docencia, desde la paciencia, desde esa rara vocación de enseñar a jugar al fútbol entendiendo la vida.

Este verano, el nombre de Ponz retumbó con fuerza para tomar las riendas del banquillo del FC Cartagena tras el descenso del conjunto murciano a Primera RFEF. Una opción natural, casi lógica, que se apagó por la convulsa situación del club murciano. Y justo cuando parecía que el futuro le deparaba una campaña en la que tener que acudir a apagar el fuego de un equipo en mala dinámica, llegó el cambio de rumbo: Grecia. No para dirigir un equipo en la élite, sino para construir desde la base levantando un departamento de nueva creación como es el de Desarrollo Individual, en uno de los conjuntos históricos del país, el PAOK de Salónica.

El club macedonio, que en 2026 celebrará su centenario, ha decidido dar un paso adelante hacia el futuro. Y lo ha hecho confiando en Dani Ponz para diseñar el área de desarrollo individual de sus futbolistas de cantera, un laboratorio en el que se busca mucho más que mejorar la pierna mala o afinar la toma de decisiones en espacios reducidos. “Queremos formar personas antes que jugadores”, explicaba el técnico en la televisión del club. En su voz resonaba lo mismo que ya escuchaban en el Reina Sofía: la certeza de que el fútbol es escuela y que alrededor de un balón, bien entendido, puede enseñarse tanto como en un aula universitaria.

La cantera del PAOK no es un terreno baldío. Nueve futbolistas del primer equipo se han criado en ella y uno de ellos, Giannis Konstantelias, con apenas 22 años y quince internacionalidades absolutas, es hoy el símbolo de esa fe en el talento propio. A esa base sólida llega Ponz para acompañar a jóvenes de entre 15 y 23 años, griegos y foráneos, muchos de ellos ya internacionales en categorías inferiores. No estará solo: un analista, un psicólogo y dos preparadores físicos completan un equipo que quiere convertir la academia de Salónica en una referencia continental y, especialmente, en una ciudad, segunda del país, que es mezcla de culturas como la bizantina, romana y otomona.

La apuesta es clara: formar futbolistas completos, sí, pero también ciudadanos capaces de tomar decisiones maduras y responsables fuera del césped. Hablar de coaching y desarrollo emocional en un club de fútbol profesional puede sonar exótico, pero ahí está la innovación: en entender que la presión de un estadio se gestiona igual que la vida adulta, con herramientas emocionales y confianza en uno mismo.

Los primeros días han dejado al maestro satisfecho. El talento se deja ver en cada sesión en entrenamiento y la entrega, se percibe en cada mirada. “Tienen hambre”, dice. Y en el fútbol moderno, donde la élite devora carreras más rápido que nunca, ese hambre bien guiada puede marcar la diferencia. El PAOK, como otros clubes históricos del continente, busca sostener su viabilidad a medio plazo con cantera y no con chequera. Y para esa misión necesitaba a un profesor exigente, de mátodo y capaz de sacar lo mejor de cada uno de sus pupilos.

En las piedras de la ciudad de Salamanca, especialmente en el cemento del Reina Sofía, todavía resuena su nombre. Quien le escuchaba entonces sabe que, aunque se marche lejos, Dani Ponz no se va del todo. Porque un entrenador que entiende el fútbol como cultura, como educación y como comunidad, siempre deja algo más que resultados. Algo que bien saben y añoran en Unionistas.

En Grecia lo llaman paideia: la formación integral del ser humano. Ponz, desde el césped y con pizarra en mano, ha encontrado su Ítaca particular y, como decía Kavafis: «Pide que el camino sea largo. lleno de aventuras, lleno de experiencias. (..) Ten siempre a Ítaca en tu mente. Llegar allí es tu destino. Mas no apresures nunca el viaje».

Muchas gracias por haber llegado hasta aquí.

Si te ha gustado ayuda a que el mensaje llegue más lejos comenta, comparte, difunde. Todo suma. 

Sigue todas las novedades sobre la pretemporada, fichajes y análisis deUnionistas y Primera RFEF en supervivienteblanquinegro.com.

Deja un comentario